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Rei de Copes   7 comments

Que la Copa es una competición desprestigiada, decían. No les faltaba razón. Pero jugar contra el Athletic es otra cosa. ¿Cómo va a estar desprestigiado un título cuando se lo juega uno contra el que hasta hace bien poco era el Rey de Copas!

Si tuviéramos métodos objetivos para obtener la solución óptima a todos los problemas, sólo nos quedaría discrepar ante la belleza. Puestos a dejarnos llevar por la irracionalidad, podemos permitirnos emocionarnos por algo tan inútil como el fútbol. Y si la música es la forma más abstracta de expresar un sentimiento, el himno de un equipo de fútbol sería la forma más visceral de sentir el vínculo a algo completamente vano. O no.

Diría, incluso, que se puede sentir simpatía o antipatía por otro club por la influencia que ejerce su himno sobre ti. Hace algunos meses me perseguía el himno del Athletic. Lo busqué en internet, lo escuché decenas de veces y leí su letra (en euskera, y su traducción al castellano). Fue un encargo que se le hizo a Carmelo Bernaola, que optó por hacer unos arreglos a partir del Alirón y el pasacalles Altza Gaztiak. Sonó por primera vez en marzo de 1983, en los prolegómenos de una eliminatoria de Copa ante el Barça. ¡Qué cosas!

Curiosa la trayectoria de Carmelo Bernaola: lo mismo te compone el himno del Athletic, que El Cocherito leré, que la sintonía de La Clave o Verano Azul, además de 82 bandas sonoras de películas de todo pelaje (por la de Pasodoble ganó el Goya) y una vastísima obra a la que podéis echar un vistazo en el rincón del vago. Murió harto de leer que era gordo, campechano, forofo del Athletic y buen músico; aunque, eso sí, reconocido con las más altas distinciones por todos y en todas partes, que dados los tiempos que corren, le convierte en un personaje muy singular.

Y sí, el himno del Athletic emociona. Porque está basado en cánticos populares que han sedimentado a lo largo de los años, y han sido adoptados por sus gentes porque está ligado a sus raíces, que es la filosofía del club. El año pasado, una cooperante que desempeña su labor en Kiwu (Congo) pidió algo de material deportivo al club para unos niños congoleños, y éste le dio unos petos y unos balones. Los niños, en agradecimiento, aprendieron y cantaron el himno del Athletic Club.

  

 

N.B.:

Esta entrada estaba concebida desde que el Athletic pasó a la final de la Copa. No ha sido motivada, por tanto, por noticias relativas a himnos territoriales ni nada por el estilo.

 

Publicado 15 May, 2009 por Alabastro en Ab imo pectore